La cocreación como estrategia pedagógica para la transformación social
La cocreación es una de las apuestas de la Corporación Voces por el Trabajo. Aquí les contamos de qué se trata.
Por Manuela Meneses Múnera
Todos hemos pasado por aulas de clase o espacios formativos donde se nos brinda información “única y legítima” de manera vertical. Dicha información dista de nuestros contextos, convirtiendo esta experiencia de aprendizaje en un simple hecho de recordación temporal, sin mucha reflexión o aplicación dentro de nuestras vidas cotidianas.
Las formas de educación tradicional presentan varias problemáticas que pueden limitar el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral. Generalmente son espacios inflexibles que limitan la interacción entre estudiantes o participantes. Estos, generalmente tampoco están adaptados para diferentes tipos de actividades o estilos de aprendizaje, inhibiendo la creatividad y la colaboración. Además, al estar descontextualizados y desconectados del entorno natural hace que el aprendizaje sea menos relevante y poco aplicable a situaciones y necesidades reales, limitando así la construcción de pensamientos críticos.
Por otro lado, la estructura jerárquica tradicional puede generar una brecha entre docentes y estudiantes, dificultando la comunicación abierta: centrándose en la transferencia unidireccional de conocimientos. Los procesos educativos, son en sí mismo una herramienta de transferencia cultural, que también transmiten formas de ser y hacer. La transmisión de información jerárquica y descontextualizada tiende a producir un sujeto alienado a quien se le dificulta la reflexión y traducción a su propio contexto. De allí la necesidad de generar un aprendizaje desde la propia experiencia.
La experiencia propia es una de las formas más poderosas y efectivas de aprendizaje. Este tipo de aprendizaje, conocido como aprendizaje experiencial, se basa en la idea de que el conocimiento y las habilidades se adquieren mejor a través de la práctica y la reflexión sobre las experiencias vividas. Esta forma de aprendizaje, no suele ser valorada lo suficiente dentro de los espacios educativos tradicionales. Aunque el reconocimiento del aprendizaje experiencial sigue siendo limitado en muchos sistemas educativos tradicionales, hay un movimiento creciente hacia su integración.
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La cocreación es una estrategia pedagógica que diversifica las formas de aprendizaje
El aprendizaje experiencial y la cocreación están estrechamente relacionados, ya que ambos enfoques enfatizan la participación activa, la colaboración y la creación de conocimientos y habilidades a través de la práctica y la interacción.
La cocreación es un enfoque colaborativo que involucra múltiples partes en el proceso de creación o desarrollo de un producto, servicio, solución o idea. A diferencia de otros procesos de creación que parten de la experiencia individual, la cocreación busca una intersección entre diversas experiencias y conocimientos para abordar cualquier problemática desde una perspectiva más completa y coyuntural.
Así mismo, involucra a las personas como participantes activos en su propio proceso de aprendizaje, reconociendo de manera política a este sujeto como un agente transformador de sí mismo y su propia realidad. Esto significa que las personas tienen la oportunidad de contribuir con sus ideas, opiniones y experiencias para dar forma a los contenidos, actividades y objetivos del espacio formativo. Al considerar las necesidades, intereses y estilos de aprendizaje de las personas, los educadores pueden diseñar experiencias más personalizadas. Esto permite que el contenido sea más relevante y significativo para cada participante, lo que puede aumentar su motivación y compromiso.
Con la cocreación se anima a los estudiantes a pensar de manera creativa y a proponer soluciones innovadoras a los problemas. Al trabajar en colaboración se desarrollan habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas desde sus propias experiencias de vida. A través de la cocreación, las personas aprenden a trabajar en equipo, a comunicarse efectivamente y a respetar diversas perspectivas. Estas habilidades son fundamentales no solo en el ámbito académico, sino también en el entorno laboral y en la vida diaria.
El aprendizaje desde la cocreación propone una construcción colectiva de conocimiento donde los participantes comparten sus experiencias y perspectivas, enriqueciendo el proceso de aprendizaje y permitiendo que el conocimiento sea moldeado por la experiencia colectiva, a partir del análisis de problemas auténticos y a través de soluciones concretas. Además, reconoce como significativo no solo los conocimientos previos y propios de cada individuo sino también aquellos conocimientos adquiridos durante el proceso colaborativo.
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Importancia de la colectividad en las formas de aprendizaje de la promoción de derechos
El reconocimiento de las experiencias propias es fundamental para la promoción de derechos porque permite que las personas comprendan y valoren su situación, se empoderen y se conviertan en agentes activos de sus realidades,transformadores de sus condiciones de opresión, a través de la defensa de sus derechos y en pro de la construcción de una sociedad más justa.
Reconocer la experiencia propia en la experiencia del otro permite un análisis sistémico para el reconocimiento de vulneraciones o prácticas de resistencia, lo que puede llevar al fortalecimiento de la identidad colectiva. Es decir, cuando las personas se dan cuenta de que no están solas en sus luchas, es más probable que se unan para exigir sus derechos y apoyar causas comunes. Así mismo, cuando las experiencias individuales son reconocidas y validadas por la sociedad o las instituciones, se legitima la lucha por los derechos. Esto refuerza la idea de que los problemas vividos por las personas no son aislados ni irrelevantes, sino que son cuestiones que deben ser abordadas y solucionadas.
De esta manera, las historias personales que se comparten dentro de los espacios de construcción colectiva desde un enfoque pedagógico, pueden ser utilizadas para ilustrar y educar sobre las consecuencias reales de la falta de derechos y la necesidad urgente de su promoción y protección.
Una de las apuestas principales de la Corporación Voces por el Trabajo es la democratización de la información y el conocimiento. Esto como una de las premisas que busca el acceso a la información como una herramienta fundamental para la promoción y garantía de derechos. Brindar a las diversas comunidades estrategias que permitan su agenciamiento, permitirá que sean ellos mismos quienes identifiquen sus propias necesidades, reconozcan sus derechos e identifiquen posibles soluciones desde sus contextos y recursos. Todo esto de una manera autónoma y dinámica.
En consecuencia, al entender que las experiencias propias son una fuente poderosa de narrativas que pueden influir en la opinión pública, movilizar a la sociedad y presionar a los responsables políticos, podemos utilizar dichas experiencias como catalizador de aprendizaje que apunte a una transformación social.
Actualmente, Voces por el Trabajo se encuentra en la construcción de un modelo pedagógico que pueda permitir la articulación de conocimientos, mismo que posibilite la cocreación y el diálogo constante con los públicos. Pronto publicaremos más información sobre este proceso.
Este artículo fue escrito con base en la siguiente bibliografía:
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Manuela Meneses Múnera
Artista Plástica egresada de la Universidad Nacional de Colombia, con amplia experiencia en la construcción de estrategias de co-creación orientadas a reflexionar y transformar diversas problemáticas sociales a través de pedagogías vivenciales con enfoque diferencial. En los últimos años, su labor se ha centrado en la promoción de derechos, la prevención de vulneraciones y en procesos de reparación y restablecimiento de derechos, abordados desde la interseccionalidad. Posee habilidades destacadas para trabajar en entornos transdisciplinares, explorando nuevas ecologías del conocimiento mediante la investigación y la creación artística, con el objetivo de contribuir a la construcción de paz.
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