Estas son las conclusiones de la Asamblea Nacional y Popular realizada en Bogotá
Los días 14 y 15 de septiembre de 2024, en Bogotá, se llevó a cabo la Asamblea Nacional y Popular por las Reformas Sociales, la Paz y la Unidad, un evento crucial para el país. Cientos de representantes de los movimientos sindicales, campesinos, comunitarios y populares se reunieron para analizar la situación política actual. Durante el encuentro, se delineó una hoja de ruta hacia la consolidación de las reformas sociales, laborales y ambientales, las cuales buscan transformar profundamente a Colombia y enfrentar los desafíos más urgentes del país.
Al final del evento, se conoció un documento: “Declaración Política de la Asamblea Nacional y Popular por las Reformas Sociales, la Paz y la Unidad”. Uno de los mensajes más contundentes de la comunicación fue la reafirmación del compromiso de las fuerzas alternativas con la “unidad política y social”. Los asistentes expresaron su apoyo irrestricto a la agenda del Gobierno del Cambio, destacando la necesidad de movilizarse y resistir a cualquier intento de desestabilización. “Rechazamos todos los intentos golpistas que, por la vía de las amenazas a la vida e integridad del presidente, o por vías jurídicas, pretenden desconocer la voluntad popular”, señala un aparte de la declaración final.
En este contexto, los participantes llamaron al pueblo colombiano a estar vigilantes y dispuestos a movilizarse pacíficamente en defensa de la democracia. La declaración política destaca el contraste entre las fuerzas que impulsan las reformas y los sectores tradicionales que se resisten al cambio. Según la Asamblea, el Gobierno del Cambio ha enfrentado enormes desafíos heredados, incluyendo una “institucionalidad endeudada y con graves problemas de corrupción“.
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Reformas sociales como pilar del cambio
Entre los temas centrales del encuentro estuvo el respaldo a una agenda de reformas clave. Los asistentes hicieron un llamado a apoyar la aprobación de reformas cruciales como la reforma pensional, laboral, de salud, la financiación de la educación y la reforma agraria. “Respaldamos y abogamos por la aprobación de las reformas sociales expresadas en los proyectos de reformas pensional, laboral, de salud, a la financiación de la educación, entre otras iniciativas legislativas“, subraya la declaración. Estas reformas buscan garantizar derechos fundamentales y corregir las profundas desigualdades estructurales que persisten en el país.
Las organizaciones presentes hicieron hincapié en la necesidad de fortalecer el diálogo y los acuerdos para construir la paz. “insistimos en la solución política al conflicto social y armado interno, mantener y reactivar las mesas de diálogos y conversaciones, levantamos la bandera del cese al fuego multilateral y exigimos que pare la violencia y el terror contra el pueblo, sus organizaciones y sus dirigentes, así como el desmonte del paramilitarismo como política del Estado”, afirma el documento.
La paz, un proceso participativo
La Asamblea dedicó buena parte de sus discusiones a la situación de paz en Colombia, criticando las élites tradicionales por su negativa a transformar las bases estructurales que perpetúan el conflicto. “La continuidad del conflicto armado es responsabilidad de los gobiernos que históricamente el país ha tenido y las clases poderosas del país que se niegan a producir los cambios económicos, sociales y políticos que requiere Colombia”, señala el documento la declaración.
Otro de los apartados de la declaración política exige al gobierno la participación en el proceso de paz: “En este sentido exigimos al gobierno nacional que la propuesta de paz debe ser participativa e incluyente, multilateral y territorializada”.
A pesar de los obstáculos, las organizaciones sociales reiteraron su compromiso con la paz total y exigieron que se respeten los acuerdos humanitarios. Abogaron por retomar las mesas de diálogo, cesar las hostilidades y avanzar en un proceso de desmantelamiento del paramilitarismo.
Lo que pidió la Asamblea
En su declaración final, la Asamblea hizo cuatro mandatos que se resumen en lo siguiente:
- Un llamado al Gobierno Nacional para mantener espacios de construcción popular y comunitaria que impulsen la paz total en los territorios. Consideran que la articulación con las organizaciones sociales es clave para finalizar el conflicto armado y prevenir violaciones a los Derechos Humanos.
- Instaron al gobierno a trabajar junto al movimiento popular para establecer las bases políticas de un gran acuerdo nacional, enfocado en la lucha de clases y la participación de los territorios, radicalizando los esfuerzos por generar acuerdos con las élites oligárquicas.
- La Asamblea pidió al Gobierno replantear su gobernanza para estabilizar sus instituciones, aumentar la confianza social y acelerar los programas sociales en las regiones.
- Le exigieron a la Fiscalía General investigar a fondo el uso indebido del software de espionaje Pegasus, que representa una grave amenaza a la vida y la democracia en el país.
Llamado a la movilización permanente
El documento hace énfasis en la necesidad de las organizaciones “responder al momento histórico que vive Colombia”. Para tal fin hicieron un anuncio importante y trascendental: “Conformaremos Coordinadoras por el Cambio en cada municipio y departamento. Los pondremos en funcionamiento en cada rincón del país y junto a la diáspora internacional nos dispondremos a defender la democracia, el programa de transformaciones y reformas sociales, y su presencia territorial mediante una amplia convocatoria unitaria que ayude a persuadir, argumentar, organizar y movilizar a todas las personas dispuestas a contribuir al proceso participativo hacia un Nuevo Poder Popular”
El documento de la declaración política concluye con un llamado contundente a la movilización permanente. Reafirmó el compromiso con el cambio social y la lucha por los derechos de los sectores más vulnerables del país, como los adultos mayores, quienes son beneficiarios directos de las reformas pensionales. En este sentido, los organizadores convocaron a la “Marcha de las Canas” que se realizará el próximo 19 de septiembre, “en respaldo a la reforma pensional, la democracia popular, al proceso de cambio, en rechazo al golpe y en favor de los más de 3 millones de adultos mayores que hoy son beneficiarios de esta reforma”
También, dice el documento, se realizarán nuevas reuniones para informar al país sobre las movilizaciones en el mes de octubre y noviembre.
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La necesidad de tomar postura en tiempos de crisis
Giancarlos Delgado, director de Voces por el Trabajo, se refirió a la realización de la Asamblea Nacional y Popular. Al respecto, dijo que esta “marca un precedente significativo entre los sectores sociales que impulsaron de manera decisiva la campaña para la instauración del Gobierno del Cambio. Entre ellos destacan el movimiento sindical, campesino, social de mujeres y feminista, así como los movimientos barriales y populares. En un contexto de ataques al gobierno y su gabinete, el respaldo popular, organizativo y comunitario refuerza su legitimidad y estabilidad, consolidándose como una manifestación clara de apoyo”
También agregó que: “esto demuestra que, a pesar de contar con un gobierno de carácter alternativo y propuestas populares, no es suficiente por sí solo. La Asamblea Nacional y Popular invita a reflexionar más allá de lo administrativo sobre la ejecución de las demandas sociales de aquellos sectores que apoyaron al gobierno actual, los cuales hoy defienden su programa basado en reformas sociales.”
Sobre las reformas, el director de Voces por el Trabajo opina que: “es evidente que estas reformas no han logrado un amplio respaldo en el ámbito legislativo; aquellas que han sido aprobadas han sufrido importantes recortes, y las que aún están en proceso han avanzado con dificultad. Cabe destacar que este estancamiento no refleja un rechazo popular, sino una resistencia legislativa, lo que sugiere que el debate sobre las reformas sociales es un asunto que trasciende a Bogotá y que involucra a toda la sociedad, independientemente de la postura política de cada quien”.
Finalmente, Delgado concluyó que la “Asamblea Nacional y Popular puede interpretarse como un llamado de los sectores sociales a reafirmar la decisión de voto que llevó al gobierno actual al poder. Además, es una invitación a retomar los temas centrales que movilizaron la agenda de campaña: la paz territorial y participativa, la defensa de los derechos humanos, el fortalecimiento de la confianza social —en medio de algunos escándalos de corrupción—, y a posicionar las reformas sociales como una bandera no sólo gubernamental, sino también del movimiento social y popular”.
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